LA ESPERA
“Cuando las nubes se elevan en el cielo es señal de que va a llover.
En tales circunstancias no puede hacerse ninguna otra cosa más que esperar, hasta que se precipite la lluvia.
Lo mismo ocurre en la vida, en momentos en que se va preparando el cumplimiento de un designio.
Mientras no se cumpla el plazo no hay que preocuparse pretendiendo configurar el porvenir con intervenciones y maquinaciones personales; antes bien, es menester concentrar tranquilamente, mediante el acto de comer y beber, las energías necesarias al cuerpo, y mediante la serenidad y el buen humor, las que requiere el espíritu.
El destino se cumple enteramente por sí solo, y para entonces uno se encuentra dispuesto.”
“Cuando las nubes se elevan en el cielo es señal de que va a llover.
En tales circunstancias no puede hacerse ninguna otra cosa más que esperar, hasta que se precipite la lluvia.
Lo mismo ocurre en la vida, en momentos en que se va preparando el cumplimiento de un designio.
Mientras no se cumpla el plazo no hay que preocuparse pretendiendo configurar el porvenir con intervenciones y maquinaciones personales; antes bien, es menester concentrar tranquilamente, mediante el acto de comer y beber, las energías necesarias al cuerpo, y mediante la serenidad y el buen humor, las que requiere el espíritu.
El destino se cumple enteramente por sí solo, y para entonces uno se encuentra dispuesto.”
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